Están por todos lados,
Pequeñas burbujas
Que una vez fueron parte de mi
Y ahora flotan en el exterior.
Podrías creer que son las mismas
Que una vez encontraste,
Pero están vacías
Ya no hay letras, ritmo, ni emoción.
Estoy rodeada de ellas,
Sin embargo ninguna está a mi alcance
Son como espejismos
De una realidad distante.
Me sumerjo un poco más
En este inmenso océano,
Su vida es mi paz
Su belleza mi Beatriz.
Pequeñas ondas serpentean en mi piel
Acariciando cada cicatriz en busca de alegría,
En busca de dolor,
En busca de un atisbo de inspiración.
Pero regresan vacías;
No hay latidos de vida
Qué añoren ser
La lágrima, la risa y el suspiro del lector o escritor.
Escucho una dríada que canta
Una canción desconocida para mi,
Que me despierta, me sacude y me recuerda
Que aún en el silencio puede nacer una musa imperfecta.
Que espera ser pulida,
Cincelada y refinada;
Para ser como una lanza
Que trastorna el corazón.
Porque sólo un escritor puede entender,
Que un poema no son simples líneas de tinta
Y un escrito es mas que la historia que alguien creó.
Es el viento que viaja y da vida,
Son las notas que completan la armonía,
Son el sol, la luna y las estrellas,
Son la novia y sus 12 rosas bajo la luna.
Y continúo viajando en mi océano sin palabras,
Buscando la indicada
Para hacer nacer un hada;
Pero espera… creo que ya la encontré